Drógame, úsame, juguemos y seamos siempre la mierda que a ellos les molesta.
Tócame, mañana ambos seremos cenizas. Siente un poco y vuélveme a odiar.
Míralos, nunca serán la sombras de lo que viven, están muertos, todos sonriendo.

Inyecta todo lo que queda, las venas se mudaron al pasado endeble del rencor, tal vez eso me hace amarte más, desearte cada segundo que puedo levantar la mirada.

El polvo entra, quema todo, no saldrá.