Que he sacado con la urbe
que sostuvo mis entrañas y las usó de serpentinas
o yo se las presté, quién sabe. 

En este medio que con suerte será carta
o un olvido, un alivio y quizás grito,
deberé revelar la magia indómita que habitó
en mi podrida alma en estos números, 
en estas imágenes amorfas, días.

Aquí no hay nada
solo muerte y verdad, vestigios de vidas alguna vez encendidadas
encerradas y latentes a juicio de la mort, que esconde ese designio
como si fuera postal; aquí donde no hay nada es el desierto
un pedazo maltrecho de carretera, lo digo enserio,
quiero esta vez ser literal.

Aquí donde no hay nada
se desvisten las dunas y recuerdo prostitutas,
y drogas, y conversaciones que talvez nunca tuve pero quise sostener,
entre la arena,
y la mentira.

¿Como ser perfecto en esa onírica mentira? si solo soy un carbón mas,
que hoy puede trazar pasos cual si fueran líneas de mis cicatrices;
fobia, del asco que me produjo el importar.

He ahí el peak.
El apogéo de tu libro.

Donde habitan criaturas grises,
en islas de piedra donde no hay mar.

Aquí,
en la nada,
lo soy todo.