El gato sabe como sus sombras lo han de juzgar, sabe que la luz que lo toma no le respoderá, la convulción del todo a espaldas de nada lo hacen socegar, su lengua perturba el frío eco del paladar, el sabe cuan asustado estoy. El gato sienta su paz a morderme las uñas, rompió los lentes, el sabe quien soy.
Su indolencia ya no me afecta, mis brazos siguen ahí..
Levantados, duros y orgullosos.
El gato sabe quién soy.
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